Entre la noche del viernes y las primeras horas del sábado, aviones israelíes lanzaron 17 bombardeos contra diferentes objetivos.

Varias incursiones terrestres y aéreas de Israel evidencian un incremento continuo en las operaciones de las fuerzas sionistas en Siria durante el resto del presente año, especialmente tras el derrocamiento del Gobierno del presidente Bashar al Assad.

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Las fuerzas sionistas llevaron a cabo un ataque contra las instalaciones del batallón de radares en Al-Raheiba, en las cercanías de Damasco, mientras simultáneamente se realizaba otra incursión en la ciudad de Suwayda.

Además, se bombardeó el centro de investigación y los laboratorios de Masya, situados en la provincia de Hama.

A estos ataques en las zonas rurales de Homs, Hama y Damasco, se sumó un asalto a la capital siria, que resultó en la destrucción de depósitos modernos de misiles y lanzadores cerca de Al-Qastal, en el campo de Damasco.

En horas tempranas, aviones israelíes también atacaron depósitos de armas en la aldea de Mahaja, ubicada en el campo de Daraa.

Es importante destacar que estos eventos se producen después de que, entre la noche del viernes y las primeras horas del sábado, aviones israelíes lanzaran otros 17 bombardeos contra objetivos similares, que incluían una base aérea y almacenes de misiles en las afueras de Damasco.

El pasado 11 de diciembre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron sobre ataques a una amplia gama de objetivos, que abarcaban aeródromos, vehículos militares, sistemas de defensa aérea y sitios de producción de armamento en la capital siria, así como en Homs, Tartus y Palmira.

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